Se encuentran dos mujeres por la calle.
- ¡¡María!! ¿Qué tal? No te había conocido... con ese peinado tan maravilloso que te has puesto...
- Ay, Laurita. Vengo de la pelu ahora mismo. Es que Adolfo es un artista.
- Oye... ¿eso son mechas o es rubio natural?
- Son mechas, boba.
- Pues estás divina. Se te va a comer tu marido en cuanto te vea, que tiene una mujer que no se la merece.
- No seas tonta, que tú sí que estás guapísima. Hija, es que siempre has tenido una clase... ¡Oye! ¡Pero qué bolso más divino! ¿Te lo ha regalado tu Julián?
- Que va! Ese ya no me regala nada. Todo el día viendo el fútbol y tomando cerveza con los amigotes...
- Ah, pues eso sí que no puede ser. Ya le estás diciendo que o te mima más o te vas con algún jovencito del trabajo, que deben de estar partiéndose la cara por ti.
- Ay, que cosas dices. Bueno, mi amor, que a ver si nos vemos, y salimos de compras y a tomar café que nos tenemos que contar muchas cositas...
- Pues claro, cielo. Te llamo la semana que viene sin falta.
- Bueno, preciosa. No te digo que te cuides porque como te cuides más nos vas a dejar a todas a la altura del betún, que estás divina.
Se dan dos besos y un abrazo y se separan.
Pensamiento de la Mujer 1:
Anda, que lo que se ha hecho en el pelo, la hija de la gran puta. Menudo adefesio. Yo no sé cómo su marido sigue casado con ella, con lo bueno que está. Me cago en su puta madre... las hay que nacen con suerte. Y hay que ver cómo apesta a perfume barato la muy zorra. Ésta no consigue que la violen ni en Alcalá Meco. Siempre ha sido un callo, y además vulgar, que es lo que más me jode.
Pensamiento de la Mujer 2:
Mira que es mala suerte tener que encontrarme al zorrón este, con lo mal que me cae. Y se ha superado, la cabrona. Está más fea que nunca. Y menudo bolso. Y menudos zapatos y menudo todo. A saber en qué mercadillo se compra la ropa, la hija de puta, que se cree que tiene veinte años y va haciendo el ridículo por la calle, la muy perra.
En la otra punta de la ciudad se encuentran dos hombres.
- Coño! Pero si es el tontolculo del Mariano.
- ¿Qué pasa, gilipollas?
- Pues nada, lo de siempre, que cada vez te veo más calvo. ¿Por qué no te compras un peluquín de una puta vez, y dejas de ir dando el cante por la calle con la calva esa, que parece una pista de aterrizaje para ovnis!
- Porque prefiero raparle el coño a tu puta madre, que con los pelánganos que tiene me voy a hacer una peluca que voy a parecer una estrella del rock. Lo malo es el olor, que no veas si le canta la chirla a la hija de puta
- Ya ves. Como a tu mujer, que cada vez que me la follo me tengo que restregar la polla con Ajax pino.
- Pues te durarán un huevo los botes, porque tu parienta me ha dicho que tienes menos rabo que el hermano pequeño de David el Gnomo.
- Mi parienta no tiene ni puta idea de nada, cabronazo. ¿No ves que fue novia tuya hasta que la metí el pollazo?
- Y menudo favor me hiciste, capullo, que con lo zorra que es... En el instituto se la tiraron hasta los del equipo de ajedrez.
- Bueno, idiota, que me piro. Te veo otro día.
- No si yo te veo antes, mamón. Ala, que te jodan.
- Y tú que lo veas, gilipollas.
Se dan un golpecito en el hombro y se separan.
Pensamiento dl Hombre 1:
Joder, cuánto tiempo sin ver al Mariano. Que tío más de puta madre. Y está hecho un chaval, el jodío. A ver si le llamo la semana que viene, hombre, que me jode un huevo perder el contacto con tíos como este.
Pensamiento dl Hombre 2:
Mira que es majete el cabrón del Antonio. Me descojono con él. Si no fuera con prisa me lo había llevado de cañas. El martes o el miércoles le llamo, y llamo también al Paco, que hace que no nos juntamos, y nos pasamos una tarde de puta madre los tres.
Hace 1 año
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